jueves, 18 de octubre de 2012

Energia Solar: Ser o No Ser


El profesor Aurelio C. Robotti (1913-1994) de la Politécnica de Turín escribió en 1982 las siguientes conclusiones  en su libro “L’Energia Solare e L’Idrogeno” (intoduzione ad un nuovo sistema energetico) que por su interés me he permito traducir (parcialmente) para vosotros.

Han pasado 30 años desde que Robotti hizo estas reflexiones, el tiempo le ha dado la razón tecnológica pero desgraciadamente el proceso económico que él sugiere aún no se ha puesto en marcha.



Energía Solar: Ser o No Ser

Hay cierto escepticismo en muchos ambientes sobre la posibilidad de si la energía solar podrá sustituir de manera significativa a las actuales fuentes de energía fósil y fisible (nuclear). Los objetores a la energía solar afirman que los varios sistemas de conversión de la energía solar no son capaces de suministrar ni la cantidad ni la calidad suficiente de energía termodinámica que les permitan reproducirse a si mismos y mucho menos para plantear una “economía solar”.

Este juicio negativo suele estar sustentado por ciertos cálculos que evalúan el “retorno” de energía del dispositivo solar durante el curso de su vida y lo comparan con el coste de la inversión de la instalación así como con la cantidad y calidad de la energía consumida en la construcción de los componentes de la propia instalación. Desde estas consideraciones, el economista y padre de la “bioeconomía” Nicholas Georgescu-Roegen [1] define tajantemente el aprovechamiento de la energía solar como una “tecnología parásita” y deja a los defensores de esta tecnología el reto de demostrar lo contrario.

Admitiendo que los cálculos económicos apuntados en el párrafo anterior contienen como dato sustancial la “vida” activa del dispositivo solar (aun siendo este un parámetro cuya valoración previa es muy elástica) esos cálculos, aunque en algunos casos pueden ser relevantes en el corto plazo, no revelan el verdadero potencial de algunos sistemas de energía solar en el largo plazo.

Para perdurar en el tiempo, una economía debe necesariamente ser capaz de sustituir sus propias estructuras cuando estas estén desgastadas o sean vetustas u obsoletas. La economía contemporánea realiza este trabajo de renovación excavando y perforando en los yacimientos fósiles y produciendo combustibles de calidad suficientemente elevada que permitan fabricar todo lo que la sociedad demanda: aleaciones metálicas de alta temperatura de fusión, electricidad, combustibles fácilmente utilizables en el transporte, energía libre para las transformaciones químicas, etc.

Nos hacemos la siguiente pregunta: ¿la energía solar puede hacer todo esto?, ¿pueden por tanto, los dispositivos de captación de energía solar, recoger, concentrar y suministrar energía de calidad suficientemente alta que permita, entre otras cosas, reproducirse a si mismos cuando estén desgastados?

Podemos intentar responder a estas preguntas cruciales considerando dos  tipos de conversores de energía solar, es decir, aquellos que producen energía de baja calidad termodinámica (solo calor a baja temperatura) y aquellos que producen energía de alta calidad termodinámica (calor a alta temperatura, electricidad, energía mecánica, energía química, etc.).

Pertenecen a la primera categoría las instalaciones térmicas solares con colectores planos, sin concentradores, muy extendidas hoy en día para el calentamiento de agua sanitaria. Estos colectores convierten la energía solar – de alta calidad – en energía térmica de baja temperatura (máximo 90ºC). El potencial para realizar trabajo de un fluido a esa temperatura es muy bajo y la consecuencia es que los colectores de energía solar de superficie plana no son capaces de “reproducirse” porque no pueden suministrar energía – en forma de calor o de trabajo – directamente utilizables para la fabricación de sus propios componentes. Estas instalaciones podríamos definirlas como “ergo-conservadoras” porque contribuyen a prolongar la vida de las reservas de combustibles fósiles y permiten un uso más racional de los mismos.
En efecto, no se puede calificar de racional el extensísimo uso que hoy en día se esta haciendo de los combustibles fósiles – energéticamente de alta calidad y además no renovables – para, a la postre, obtener de ellos calentamiento ambiental a 20ºC.
La parte alícuota de hidrocarburos no consumidos por el uso de este tipo de colectores solares puede ser mejor utilizada en aquellos procesos que requieran energía de alta calidad.

Por otro lado, podemos denominar como “auto-regenerativos” aquellos dispositivos solares capaces de producir energía de alta calidad (calor a alta temperatura, electricidad, etc.). Cualquier dispositivo de conversión solar que durante su vida genera más energía de alta calidad de la necesaria para mantenerlo en funcionamiento y para producirlo es auto-regenerativo, porque una parte alícuota de la energía que produce puede ser empleada para construir otras unidades del mismo tipo. Entran potencialmente en esta misma categoría las instalaciones solares fotovoltaicas, así como los generadores eólicos y los geotérmicos (OTEC: Ocean Termal Energy Conversión).

Si la viabilidad económica de la energía solar es hoy por hoy controvertida, se debe en gran medida al hecho que los dispositivos de conversión solar requieren mucho material para su fabricación. A su vez, el coste de los materiales está íntimamente ligado al coste de la energía necesaria para producirlos. A este respecto, la siguiente tabla proporciona algunos datos.

Consumo de energía para la producción de 1 Tonelada de algunos materiales
típicamente utilizados en la fabricación de colectores solares
Material
Energía usada para producir
1.000 Kg de material
Petróleo Crudo Equivalente
(7.000 Kcal/Kg)
Kcal
Kg
Aluminio
58,3 x 106
8,3 x 103
Vidrio
4,7 x 106
0,67 x 103
Acero
10,25 x 106
1,43 x 103

Por lo tanto, el coste de la energía generada por cualquier dispositivo solar aumenta con el crecimiento del coste de los combustibles tradicionales.

Para romper esta espiral es necesario fabricar aquellos convertidores que hemos definido como “auto-regeneradores”, es decir, los que son capaces de devolver – en su vida útil – la energía de alta calidad que fue utilizada para su fabricación  así como de producir un excedente de energía utilizable para la fabricación de otros dispositivos. Si consiguiésemos poner en marcha un proceso (económico) de este tipo, el coste de la energía solar disminuiría progresivamente con el aumento de los dispositivos auto-regeneradores que se pusiesen en servicio.



[1] Georgescu-Roegen N., Energy analysis and economic evaluation, “Southern Economic Journal”, 45, 1023-1098 (1979).

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